Nuestro viaje nos ha llevado a recorrer algunos parques nacionales de las Montañas Rocosas de Canadá (Banff y Jasper), y algunos lugares esenciales de Alaska, como el parque nacional Denali, el Círculo Polar Ártico, las montañas del parque nacional Wrangell- St. Elias, la península de Kenai, etc.
Hemos recorrido estas tierras de Norteamérica con un coche de alquiler y pernoctando en cámpings, algunos bastante básicos, pero todos ubicados en lugares de una naturaleza privilegiada.
Las Montañas Rocosas canadienses tienen una belleza natural espectacular. Allá donde mires ves una postal de perfectas montañas, lagos, y bosques inmensos. Sorprende la cantidad de fauna que puedes encontrar en cualquier rincón, incluso desde el coche: wapitíes, ciervos, osos grizzlies, osos negros, águilas, etc.
Hace poco encontramos en la guía de viajes de El País Digital un artículo sobre Alaska de Ramón Larramendi, que ayuda a entender lo que significa Alaska para los que tienen la suerte de visitarla:
"Alaska, por su enorme extensión, su naturaleza salvaje y su leyenda de frontera es un sueño, el sueño de un paraíso natural, enigmático y casi virgen. Es el espejismo de un mundo puro en peligro de extinción, de un mundo donde vivir otra vida más verdadera, más natural, más libre pero que se nos escurre de las manos en nuestras sociedades organizadas, industrializadas y masificadas. Por ello, cuando vuelvo de Alaska y sus bosques sin fin siento que he dejado atrás lo más próximo a un paraíso."
Libélula comiendo una mosca. Imagen obtenida en los alrededores de Campdevànol (Ripollès)
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