jueves, 17 de abril de 2008

LAS FOTOS QUE NO HICE

Durante los viajes hay momentos que no puedes retratar. Aquellos momentos en los que tu cámara no está a la altura de lo que te rodea o que tú no eres capaz de plasmar, o lo que se ve está demasiado lejos o simplemente es demasiado grande... o demasiado hermoso.
Ahora mismo recuerdo alguno de aquellos momentos. Sólo al alcance de unos primáticos. En Alaska, en el Parque Nacional de Denali, una osa amamantaba a sus dos cachorros. Una imagen de aquellas que quizás, con un poco de suerte puedas ver una vez en la vida, en un paraje natural tan espectacular y único como es éste.
Ni siquiera intenté hacer la foto. Tal vez ni me acordé de hacerla.
De vuelta, recordando, sientes pena de no tener ninguna imagen de aquel momento vivido.
Pero pronto la pena se transforma en egoísmo; el egoísmo de no querer mostrar esa foto que no hice... de un momento mágico que sólo me pertenece a mí.

1 comentario:

Pedraforca dijo...

Resulta que nosaltres mateixos tenim la càmera més perfeccionada que hi ha: la conjunció de tots els sentits ens fa inmillorables com a veritables caixes fortes de records. Millor que qualsevol Canon, Nikon o la que sigui. I mai ningú ens podrà dir que la foto està o no està ben feta. El nostre record és el millor. I en llegir el teu escrit, encara que no ho creguis, he vist la teva foto. Una muntanya, un bosc i els osos, núvols en el cel, aire pur, fred. Sí, segur que la foto és més o menys així, oi ?